jueves, 4 de octubre de 2012

Viento de medianoche

Para Flor

Un viento frío con olor a lluvia fresca.
Hermosas plantas en espera que sus flores crezcan.
Las suaves brisas que a las hojas bambolean,
despierta a un ave, 
entre los últimos frutos que del árbol tambalean.

Los chasquidos de las hojas son perfectas sinfonías,
natural canción de cuna,
para el ave que aún no dormía.
Mientras el frondoso "Gran Verde" 
deleita con el vaivén y su cantar,
el hermano del frente está mudo y tieso,
porque le simio desnudo su follaje hizo sacar;
con un notable cadáver digno de respetar,
la tristeza y vergüenza que emana no se puede imaginar.

Increíblemente coordinados, 
los grillos suman su coro a la música de medianoche.
Ahora la vida se libera para que el Hombre no la reproche.
Lo que queda de la Naturaleza al fin larga su aliento,
y aquí, un gato y un semi-humano 
la disfrutan con el viento.
A lo lejos se oye algunos canes que manifiestan,
será por algún hueso que protestan,
o tal vez por alguna perra se lamentan.

Aumentan ahora las brisas hacia nosotros.
Son incontables las caricias para estos rostros.
La esencia de la hierva santa se acerca desparramada,
tal vez, en la otra cuadra en vano está siendo cremada.

Con mis pies descalzos que gozan de este momento,
cada bello y cada poro del cuerpo 
se convierte en instrumento
para esta musa a la que llaman Madre Tierra,
fuente de toda vida 
y que para nadie sus ojos cierra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario