lunes, 8 de octubre de 2012

Morena

Me desperté sin querer
con disgusto y angustiado,
odiando el momento en que había resucitado.
Con una sonrisa verdadera
acunado en ese trance.
Comenzaba primavera soñando ese romance.

Larga cabellera, de tez como agua-arena,
facciones de doncella y unos ojos de sirena.
Su cara caramelo, sus manos terciopelo,
de mariposas la modelo, y de mis ojos el anhelo. 

Las palabras era ausentes
pues no las necesitaba,
porque los gestos prominentes eran los que sobraban.
Caminando entrelazados era sólo por andar,
no importaba dónde, daba igual el lugar.

Morena armoniosa, derrochaba su carisma.
Morena tan hermosa,
como los colores en un prisma.
Morena, delicada cuales vuelos de un colibrí,
serena en su belleza con consuelos carmesí.
Morena de mis sueños fuiste efímera para mí.
Morena, morenita, quiero tu cara contra mí.
Morena azucarada, tu perfil no escatima,
serena enamorada fuiste mi mujer latina. 


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