miércoles, 13 de marzo de 2013

Una vuelta repetida


Yo veo ángeles caídos y demonios en sonidos.
Palabreo sin sentido entre unicornios y gemidos.
Silbando sobre el ruido con la vista para arriba,
más pequeño que un maullido
si es que siento que se arrima.

Tantos frutos verdes en el árbol de la vida,
pendiendo de una rama, esperando la caída.
Bayas de piel temprana con el cuerpo de maduras,
te siguen donde vayas sin que veas su armadura;
su aroma no perdura si se afronta a contra viento,
no se mueve su corona sin que pierdas el aliento.
Esquivando el desoriento y saltando los lamentos,
bajando hasta las nubes
sin respirar, ni en un intento.

En los puntos que titilan con el paso de la noche,
tantos ojos se destilan en consuelos sin reproches.
Duelo de caricias bajo el techo de la luna,
siguiendo la cornisa, las estrellas son mi cuna.


Fotografía propia - junio 2012

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